Mateo 13:18-23
Las parábolas son narraciones o cuentos breves, de lenguaje simbólico, que son fáciles de recordar. Jesús las utilizaba como método de enseñanza para transmitir a sus discípulos y seguidores los valores del Reino de Dios. Estas contienen recomendaciones ricas y fundamentales para que los creyentes puedan vivir a la altura del Reino de Dios.
Entre las parábolas más conocidas de Jesús está la del sembrador. La misma la encontramos en los tres evangelios sinópticos. En Mateo, la encontramos en el tercer discurso de Jesús, y él la utiliza para enseñar a los discípulos acerca del reino de Dios y del poder transformador del evangelio. En Lucas, esta parábola antecede eventos de liberación, sanidades, resurrección, etc., lo que resalta el compromiso de Jesús con la palabra divina y su acción transformadora. En Marcos se recalca la importancia del Reino de Dios en el mensaje y el poder de Jesús revelado en su palabra, poder que es capaz de liberar, sanar, resucitar muertos y comisionar hombres y mujeres a su servicio. En cada uno de los evangelios, la parábola del sembrador hace enfasis en el poder transformador de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es Jesús mismo, y su poder actúa en la vida del creyente en la medida que responde fijando sus ojos con perseverancia en Él. Ese es el mensaje de esta parábola: la Palabra de Dios redime, libera y ayuda en tiempos de prueba y de gran dificultad.
Al prepararnos como iglesia para dedicar nuestra Ofrenda Misionera Mundial, lo hacemos con la seguridad de que Dios, como sembrador eterno, continúa sembrando en la vida de los seres humanos. Así mismo, nos ha comisionado a nosotros a ser sembradores junto a Él, sin importar el tipo de terreno o lo árido que sea este. En particular, ha llamado a hombres y a mujeres a “dejar su tierra y parentela” para ser sembradores en contextos difíciles; hombres y mujeres que han respondido afirmativamente al llamado divino de sembrar el evangelio a través de diversos proyectos de evangelización, educación, acción social e infraestructura; hombres y mujeres que hacen su tarea con la fe de que la semilla sembrada germinará y dará frutos de transformación y vida. Estos hombres y mujeres son nuestros misioneros y misioneras.
¡Unámonos con nuestra oración y ofrenda a la misión de estos sembradores de vida y esperanza!
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