No olvides el camino que conduce al Templo

Durante los pasados domingos hemos compartido extractos de escritos de nuestros pasados pastores. Hoy, cuarto domingo del Jubileo de Aniversario, me parece apropiado compartirles parte de las expresiones del Rvdo. Abelardo M. Díaz Morales en las que exhortaba a la iglesia a no olvidar el camino al Templo.

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Asistir a los servicios religiosos no es tan sólo un sagrado deber, sino una de las más ricas bendiciones espirituales, uno de los más dulces privilegios cristianos. La iglesia es nuestra escuela; a ella vamos a aprender. La iglesia es nuestro regimiento; en unión de ella vamos a combatir. La iglesia es nuestra familia; a ella vamos en busca de cuidado, de consuelo y de amor.

Privarse voluntariamente de los servicios de la iglesia o abandonar nuestra congregación, “como algunos tienen por costumbre”, sea por la causa que fuere, es como el niño que no vuelve a la escuela, y prefiere la ignorancia; como el obrero que se ausenta del taller y se condena al hambre; como el soldado que deserta de las filas, y traiciona a su patria; como el hijo pródigo que se aleja de su familia, y vaga por el mundo, solo, triste, enfermo, sin pan, sin amigos y sin esperanza.

No seas tú, mi querido hermano, el eslabón que se desprende de la cadena, el carbón que se separa del horno, el discípulo que abandona la escuela, el soldado que traiciona la bandera, el hijo que se fuga del hogar.

La iglesia es la cadena de la fraternidad, el horno del amor, la escuela de la sabiduría divina, el ejército de Cristo y el hogar de Dios nuestro amado Padre Celestial.

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En esta Semana de Aniversario no olvides el camino que conduce al Templo.