Hebreos 11:32–34
Esta semana ha sido una triste para nuestra ciudad. La guerra del narcotráfico ha dejado heridos y provocado muertes —incluso entre personas inocentes—. Hemos observado cómo la Policía de Puerto Rico ha ocupado sectores de la ciudad, y hemos escuchado las amenazas de nuevos posibles incidentes. Todo esto ha provocado un clima de inseguridad generalizada. Como consecuencia de esto, algunas empresas acortaron turnos de trabajo, algunos negocios que habitualmente estaban abiertos cerraron, algunas iglesias alteraron su programación y muchos evitaron salir y se mantuvieron en sus casas. Pareciera que, en algunos, esta situación ha generado un temor imposible de vencer.
El pasaje considerado nos presenta varios héroes de la fe, muchos de estos, conocidos personajes del Antiguo Testamento. A diferencia de los ejemplos que les anteceden, en estos versos, el autor no hace una referencia directa a las experiencias por las cuales se les consideran héroes de la fe, sino que confía en el conocimiento que los lectores puedan tener sobre dichas experiencias. Cada una de las vivencias de estos héroes son tan diversas que el autor las resumió en un conjunto de imágenes: grandes batallas, enfrentamientos con bestias, desafíos de grandes fuegos, hacerse fuertes en la debilidad y provocar la huida de enemigos. Ciertamente, muchos de estos héroes de la fe atravesaron momentos de inseguridad y peligro, mas, en medio de esos momentos, caminaron en fe.
Juan Calvino, teólogo del siglo XVI, comentó que, a estos héroes, “una chispa de la fe de Dios los guio hasta el cielo”. Pareciera que Calvino quería recordarle a la iglesia que ellos, sin haber conocido de la revelación de Dios en Jesús, caminaron a pesar de la adversidad que enfrentaron. Pienso que, si estos héroes caminaron en fe, sin haber escuchado la revelación de Jesucristo, mayor responsabilidad tenemos nosotros que sí hemos recibido ese testimonio. En nuestro caminar no enfrentaremos grandes ejércitos o poderosos fuegos ni lucharemos con grandes bestias. Nuestro tiempo nos presenta otras luchas: la inseguridad, el temor y la violencia. Estas las enfrentaremos tal como lo hicieron aquellos héroes de la fe: confiando en Aquel que en medio de las inseguridades presentes y de los peligros nos hace vencedores en Él.
¡Camina en fe, vence en fe!
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