Filemón 1: 4–20
¡En familia! Durante la mañana de hoy, nuestra iglesia, en unión al colegio, CorMA, la Unidad 313 y cada una de sus organizaciones, nos encontramos para afirmar nuestro ministerio, fortalecer nuestras relaciones y afianzar nuestros lazos de hermandad como familia bautista de Caguas. Al reflexionar en este encuentro, vino a mi pensamiento la solicitud que el apóstol Pablo le hiciera a Filemón. Filemón era un líder de la iglesia de Colosas reconocido por su testimonio, generosidad y hospitalidad, tanto así que la iglesia se reunía en su casa. Además, era colaborador del ministerio del apóstol Pablo.
La carta a Filemón, más allá de ser una solicitud, podríamos considerarla una prueba del testimonio y de la fe de Filemón. Debemos recordar que estas cartas se leían en medio de las comunidades de fe; de hecho, en ellas hayamos saludos del apóstol Pablo a hermanos de la congregación. En la solicitud que Pablo le hace a Filemón, le pide que reciba a Onésimo, un esclavo que no había sido de provecho, quien pudo haber sustraído algún bien de su casa y además había escapado. Sin embargo, no podía recibirlo de cualquier forma: debía hacerlo como a un hermano. En el mundo romano, los esclavos eran una propiedad, por lo que un esclavo que escapara enfrentaría consecuencias graves y hasta el riesgo de muerte. De la misma manera, quien ayudara o retuviese a un esclavo que hubiese escapado podía enfrentar serias consecuencias legales. Pablo comprendía estas cosas, mas asumió el riesgo de ayudar a Onésimo, porque Pablo entendía que el evangelio tiene que mostrarse en acciones concretas. El que Filemón recibiera a Onésimo sería un acto de completa dependencia divina, debido al riesgo que esa acción podía representar. También sería un acto de testimonio para la vida de Onésimo y de toda una comunidad de fe.
Hoy, al encontrarnos como familia bautista de Caguas, no nos consideramos como entes separados e independientes unos de los otros, sino que nos encontramos como hermanos. Nos encontramos como una familia que desde sus respectivos campos de misión (iglesia, colegio, CorMA y Unidad 313) afirma su completa dependencia de Dios en el quehacer de su misión. Nos encontramos y hermanamos como testimonio a nuestra comunidad. Ante todo, lo hacemos porque es parte de nuestro testimonio de fe y colaboración en el Reino de Dios.
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