Mateo 5: 13
El Rvdo. Ángel Luis Gutiérrez, en su libro Edificando el pueblo de Dios, compartió un extracto del surgimiento y proceso de formación de lo que hoy conocemos como la Unidad 313 de los Boy Scouts of America. En 1961 iniciaron los primeros esfuerzos para establecer el programa de escutismo como parte de un programa extracurricular de nuestro Colegio Bautista de Caguas. Ya para 1969, este programa era una realidad. Con el paso de los años, este proyecto se fortaleció y creció gracias a la dedicación de padres, madres y un sinnúmero de voluntarios que aportaron su conocimiento, destrezas y tiempo.
Más de seis décadas han pasado, y la Unidad continúa con su misión de inculcar en nuestra niñez y juventud valores fundamentales para la vida, además de contribuir a su educación y desarrollo humano. La Unidad hace todo esto para formar, como bien expresa parte del juramento del scout, un ser humano que “ayude al semejante… y sea moralmente recto”. Este objetivo se alcanza cuando llegamos a ser honrados, leales, serviciales, amigables, corteses, bondadosos, obedientes, alegres, ahorrativos, valientes, limpios y reverentes.
Al reunirnos para celebrar el “Scout Sunday” (domingo de los scouts) deseo expresar mi gratitud a Dios porque aún nos permite impactar, a través de este programa, a decenas de niños y jóvenes que son parte de cada uno de los programas de la Unidad: Manada, Tropa G, Tropa B o Crew. Además, agradezco y reconozco a todo el liderato de la Unidad por su compromiso en el quehacer del Reino de Dios con nuestra niñez, juventud y comunidad.
Como les expresé en julio del 2021, al pensar en el servicio que ofrecen, viene a mi mente la imagen de la sal de la cual habló Jesús de Nazaret, la sal que preserva porque no se desvanece. Estoy convencido que los valores y el compromiso social que la Unidad 313 ha inculcado a lo largo de su existencia han sido como esa sal, que ha ayudado a preservar la vida de muchos y de toda una comunidad. Dios les bendiga.
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