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Iglesia que persevera

Apocalipsis 3: 7–13


 



El mensaje a Filadelfia, el sexto de los siete mensajes del Apocalipsis, nos presenta parte de la realidad histórica y espiritual que vivían los primeros cristianos. Estos cristianos estaban en constante riesgo tanto espiritual —ante las teologías que amenazaban su fe— como legal —ante la amenaza que representaba para ellos su fidelidad a Jesús—. Ante estos retos, la iglesia debía permanecer firme en su comunión con Dios, lo cual les permitiría ser partícipes de la gloria de Dios.


Filadelfia era una ciudad joven y con alta influencia comercial desde Grecia, Macedonia y hasta Siria. Era una ciudad fértil, rodeada de grandes viñedos que le ganaron fama. También era una ciudad con una gran actividad sísmica, razón por la cual muchos de sus residentes optaron por vivir a las afueras de la ciudad. Jesús, al dirigirse a los creyentes de esta ciudad, destacó que era una iglesia con poca fuerza, probablemente por ser una congregación pequeña y con ciertas limitaciones prácticas. A esta congragación, Él se presenta, entre otras formas, como Aquel que tiene las llaves del Reino de Dios y quien, por la fidelidad en guardar su palabra —es decir, en persisitir en la fe—, les abriría una puerta que nadie podría cerrar. Esta puerta abierta es la admisión al Reino de Dios. Además, si ellos perseveraban, serían hechos columnas en el Templo de Dios, lo que representa la estabilidad en la fe y la unidad del creyente con Dios.


A la luz de lo anterior, debemos reflexionar en quién es Jesús para nosotros. Para la iglesia, Jesús es más que un personaje de la historia, un profeta o un activista social. Él es Dios, y, como tal, se revela a nosotros para recordarnos que la salvación no se trata de lo que podamos ser o hacer, sino de Su gracia. También nos invita a evaluar si nuestra obediencia y testimonio reflejan que verdaderamente estamos unidos a Cristo. Debemos hacer todo esto mientras perseveramos en la fe ante las presiones y opresiones del tiempo actual.


¡Señor, ayúdanos a perseverar!

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