“Oídme … los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz (Isaías 46:3) ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isaías 49:15); Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros…” (Isaías 66:13).
El A.T. nos presenta a Dios de diversas maneras, y además de mostrarlo como un Padre, también le presenta como una Madre. De hecho, en el Hebreo, en muchas ocasiones cuando se habla del amor misericordioso de Dios, el término que se utiliza lo que describe es un amor como de dolor de parto; un amor de las entrañas y de los ovarios. Estos tres pasajes que hemos leído dan muestra de eso. Dios nos lleva en su vientre, nos carga sobre sus brazos, nos amamanta y nos sostiene. Nos sostiene como una madre y nos modela lo que es el amor, cuidado y atención por sus hijos e hijas.
¿Cómo es ese amor maternal que Dios mismo nos modela y nos invita a imitar?:
Es un amor incondicional. En los factores de protección desde el concepto de la resiliencia, se destaca la necesidad de un amor incondicional. Esto no quiere decir un amor que acepta como bueno todo lo que se hace, sino un amor que ama siempre, no importa las circunstancias.
Es tierno, pues atrae con cuerdas de amor. Dios no ama con un amor manipulador, sino con un amor sano, completo, liberador. Dios nos convoca, como pueblo que vivimos en tanta violencia, manipulación y deseo de control, a una relación donde el amor y la ternura siguen siendo la mejor opción.
Es amor verdadero. Hay tantas manifestaciones de amor y de cariño que no son genuinas, que responden a las conveniencias o a la necesidad de proyectar algo que no se es en verdad. El amor de Dios va hasta las últimas consecuencias… por eso Dios se humanó, desde nuestro plano humano. Entregó su vida en una cruz, para darnos salvación.
Hoy celebramos ese Amor, imitado por nuestras madres y lo celebramos en las madres que han parido, las que han adoptado, las que han cuidado, las que han guiado, las que se han sacrificado para que otros y otras salgan adelante, las que han llevado en sus brazos lo que no cargaron en sus vientres, las que dan acogida, las que convierten su casa en una hogar para alguna criatura necesitada de amor.
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