Isaías 43: 19
“Todo tiempo pasado fue mejor”. Esta es una frase nostálgica que hace referencia a la añoranza de lo que se ha perdido, de aquello de lo que ya no se puede disfrutar. Mirar hacia atrás y recordar lo que hemos vivido es importante y tiene su espacio en nuestro peregrinaje de fe. La Biblia tiene pasajes que nos invitan a recordar lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. En el capítulo 43 de Isaías, Dios, a través del profeta, lleva al pueblo a mirar al pasado. Los versos 16 y 17 recuerdan la salida de Egipto y cómo Dios abrió camino en medio del mar para que el pueblo pasara. Les recuerda que el ejército de Faraón, con toda su fuerza, entró por el mismo camino para detenerlos. El pueblo estaba atemorizado, pensaban que podían morir, ya fuera porque el ejército los alcanzara o porque se cerraran las aguas antes de llegar al otro lado. Entonces, Dios hizo algo maravilloso. Cuando ya todo el ejército estaba dentro del mar, Dios cerró las aguas detrás de los israelitas, de modo que el ejército pereciera pero los israelitas pudieran llegar al otro lado. Es un recuerdo impresionante y digno de evocar. Sin embargo, inmediatamente después, en el verso 18, Dios le dice al pueblo que ya no miren hacia atrás, que ya no se acuerden de lo pasado. Parece contradictorio y hasta confuso el mensaje de Dios a su pueblo. Primero les hace recordar y luego les dice que no piensen más en lo que ya pasó.
Dios tenía un plan. Dios estaba haciendo algo nuevo para su pueblo en medio de sus circunstancias. Isaías le escribe al pueblo que se encontraba exiliado en Babilonia. Durante 50 años habían estado cautivos, lejos de la tierra que Dios les había entregado y bajo el dominio de otro imperio. Durante esos años, los exiliados habían experimentado una crisis de fe; dudaban de Dios y pensaban que se había olvidado de ellos. El pueblo estaba sumido en la desesperanza. Era necesario recordar lo que Dios había sido capaz de hacer por su pueblo, pero era imprescindible también reconocer que Dios podía cambiar sus circunstancias y que ya lo estaba haciendo. El verso 19 es una declaración y una promesa de Dios. Les estaba diciendo: “Estoy aquí y estoy haciendo algo nuevo para ustedes”.
El fin del exilio estaba cerca. Era hora de mirar al futuro con entusiasmo y con esperanza. Dios ya estaba trabajando en la liberación del pueblo. La liberación de Babilonia iba a ser muy diferente a lo que fue la liberación de Egipto. Estos exiliados pasarían por un segundo éxodo que sería muy diferente al primero. No experimentarían oposición por parte de un Faraón tiránico que recurriría a la violencia para oponerse a su salida. El Señor levantó a Ciro, un rey benévolo que no solo les permitiría volver a Jerusalén, sino que también les proveería los recursos que necesitarían para reconstruir la ciudad.
Dios estaba haciendo algo nuevo. Era hora de mirar no hacia atrás, sino hacia adelante. Solo así podrían ver, reconocer y disfrutar los planes maravillosos que Dios tenía para ellos. Dios estaba a punto de demostrarles que lo mejor estaba por venir. ¿Y nosotros somos capaces de ver lo nuevo que Dios está haciendo? Creo que ha llegado la hora de dejar de decir que todo tiempo pasado fue mejor. Es hora de creer y declarar que lo mejor está por venir.
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