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Conozcamos del Espíritu de Dios

Foto del escritor: Rvdo. Alberto J. Díaz RiveraRvdo. Alberto J. Díaz Rivera

Juan 16:5-15

 

Al celebrar el Día de Pentecostés, ese evento fundamental en la vida de la iglesia en el cual esta recibió el poder de proclamación, se hace necesario considerar lo que Jesús había hablado a sus discípulos acerca del Espíritu de Dios. En el Evangelio de Juan, capítulo 16, Jesús expresó cuatro funciones importantes acerca de la obra del Espíritu Santo.


En el capítulo 15 Jesús les dice a sus discípulos que él iría al Padre, y que el Consolador vendría a ellos, pero no ellos comprendieron lo que implicaría esa venida en sus vidas y en la de la iglesia naciente. Así pues, pensaron que quedarían solos, dando espacio a la tristeza que, lejos de animar, pretendía ahogar su fe. De esta manera, olvidaron aquella primera función que Jesús les había dicho que tendría el Espíritu de Dios: ser esa presencia divina que les recordaría todo lo que Jesús les había enseñado. La segunda función era dejarle saber a ese grupo de creyentes cuál sería la obra de Aquel que habría de venir. Jesús resume esta obra en tres acciones: convencer al mundo de su propio pecado, de su falta de fe; revelar la justicia divina, la cual presenta a Jesús, no como uno derrotado en la cruz, sino como quien fue aprobado y acogido por Dios y pasar juicio, al exhibir la victoria divina sobre Satanás.


La tercera función que debemos tener presente al considerar lo que Jesús habló acerca del Espíritu Santo es que este guiaría a la iglesia “a toda verdad”. Es decir, va al frente marcando el camino por el cual la iglesia debe andar. Ese camino siempre conducirá a la verdad revelada, o sea, Jesús, aquel que dijo: “yo soy la verdad”. Por último, Jesús añadió que una de las funciones del Espíritu Santo es comunicar la verdad revelada del Padre, la cual encontramos plasmada en las Sagradas Escrituras.


Finalmente, es necesario que meditemos en aquello que Jesús habló en relación al Espíritu de Dios. Hay que meditar para entender, no solo sus funciones como la tercera persona de la Trinidad, sino para conocer cómo Él obra en nuestras vidas.


¡Debemos conocerle más!

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